Y seguimos juntos el camino por... El Bierzo (León)










Esta vez sonó la alarma a las 6.30 de la mañana...nos esperaban 8 horas de viaje hasta la provincia de León.

Primer objetivo: Castillo Templario de Ponferrada... impresionante. Y “chocante” pues nos imaginábamos el Castillo Templario en un entorno salvaje y cuál fue nuestra sorpresa que está en el centro de la ciudad! Pero valió la pena.

La aventura comenzaba realmente al salir de Ponferrada. Sin mapa de carreteras actualizado, pues nuestro querido mapa de 1998 se lo habían comido los chinches, y sin GPS... teníamos que encontrar el pueblo de Carucedo. Casualmente, en la comarca del Bierzo, muchos pueblos tienen nombres parecidos... Carucedo, Carracedo, Carracedelo, Cacabelos.... etc... Preguntamos en una heladería en Ponferrada y, o no pronunciamos bien o no nos entendieron, pero sin querer (y afortunadamente), llegamos al monasterio de Carracedo. El monasterio, esta vez sí, estaba en un entorno alejado de la civilización. Parecía no haber nadie allí, y que no se podía visitar, pero cuando nos adentramos un poco, vimos una recepción, con tres trabajadores... y ningún visitante! El monasterio para nosotros solos!

Salimos del monasterio guiados por alguna divinidad hacia el pueblo de Carucedo, donde se suponía que se encontraba nuestro alojamiento. Pero tampoco lo encontramos esa vez. Nos pasamos el pueblo y sin querer (y afortunadamente) llegamos a un lago con la puesta de sol. Era el lago de Carucedo.

Al final llegamos al alojamiento gracias a las indicaciones de los vecinos del pueblo, que tenían un acento muy cerrado, difícil de entender.

Al día siguiente, empujados por las ganas de ver aquél extraño paisaje que habíamos visto tantas veces en internet, nos dirigimos hacia las Médulas. http://es.wikipedia.org/wiki/Las_M%C3%A9dulas

Es increíble pensar que esas formaciones extrañas estaban hechas por la acción del hombre.

Hicimos una ruta por el paraje de las Médulas. Vimos la Cuevona y la Cueva Encantada. El entorno nos recordó a Indiana Jones; echamos en falta el látigo y el sombrero. Paparapa papará... paparapa paparapapá (música de Indiana Jones).

A la vuelta pasamos por Astorga y además, por si no habíamos tenido suficientes aventuras.... nuestro coche dijo: “BASTA” y a 35 kms de Madrid se nos quedó parado. Pobrecitos de nosotros.




Entre unas cosas y otras llegamos a casa a las 2 a.m. en un coche de alquiler. Toda una aventura.

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