Relato de la escapada a Escocia

Escocia. Julio del 2008.

Reservamos un vuelo con Ryanair. Alicante-Edimburgo. Llegamos pronto a Edimburgo, pues el avión salía a las tantas de la mañana, ¡ufff qué sueño! Al llegar allí fuimos a la oficina de Europcar y alquilamos un coche. La emoción acababa de comenzar. El volante a la derecha, el cambio de marchas a la izquierda.... ¡¡¡cuidado esta gente conduce al revés!!! Con un mapa un poco desactualizado de 1998 (el que utilizamos para todos los viajes, que por cierto no sé dónde, pero lo hemos perdido buááááá) llegamos a Newtonmore, un pueblecito situado casi en el corazón de las Highlands. Iba a ser nuestra base de operaciones. En el B&B nos recibieron muy bien, era la primera vez que nos alojábamos en uno; guardamos un recuerdo inolvidable. Si alguna vez vais a Escocia no dudéis en alojaros allí. Nosotros hicimos la reserva con Booking, pero os pongo aquí la web de ellos: http://www.creag-meagaidh.co.uk/ A pesar de nuestro pésimo Inglés logramos comunicarnos más o menos... El que quiere hacerse entender...

Teníamos algunos castillos marcados para ir a ver y algunos lagos. Pero eso no fue todo... En 9 intensos días pudimos sentir Escocia. El whisky, la música, la amabilidad de sus gentes... y la magia de sus paisajes. Por la mañana desayunábamos fuerte en el B&B al más puro estilo escocés. Después pasábamos por el supermercado del pueblo y comprábamos pan, fiambre y zumos y nos dirigíamos cada día a un sitio. Stirling, Lago Ness y Urquhart, Fort William, Inverness, Eilean Donan, Aberdeen, Stonehaven, Perth, Melrose, Skye… parajes asombrosos, llenos de magia y vida. Por la noche ya cenábamos en condiciones, pues al medio día había que aprovechar todo el tiempo posible y lo más cómodo era llevar bocadillos para el camino. Estuvimos un día en los Highland Games, donde hacían competiciones de gaita, lanzamiento de troncos y de jabalina, carreras... todo typical Scottish. Ese día hizo muuuucho frío, pero lo pasamos muy bien. Asistimos a un concierto típico escocés, en un pueblecito de las Highlands... fantástico. También hicimos varias rutas a pie, por las Tierras Altas. Vimos la Isla de Skye (significa niebla en gaélico) fue una excursión increíble... de repente un viento intenso empezó a soplar y la niebla se puso sobre los acantilados, haciendo todavía más misterioso el paisaje.

Todos los días, cada cierto tiempo, caía una lluvia muy fina que no paraba de refrescar el ambiente... allí el aire es muy limpio y puro. Apetece respirar despacio y profundamente, porque te llenas de vida. El último día, para despedirnos como es debido le pedimos a Geoff que nos indicase una ruta larga, una ruta para recordar... era el último día y debía ser el mejor. “The last day, the best” le dijimos. Ya le habíamos comentado que nos gustaba hacer senderismo, así que pensó que éramos unos expertos... y nos indicó una ruta de expertos... ¿cuántas millas? en kilómetros fueron un poco más de 35. Ese día fue el único que salió el sol durante todo el día. ¡¡Por fin el sol se atrevió a saludarnos!! No quería que pensásemos que en Escocia siempre llovía. Nos pasamos el día caminando, paramos unos 30 minutos para comer el último bocata que nos quedaba y terminarnos el último zumo de frambuesas. Como ese día hacía calor, bebimos más de lo que acostumbrábamos y también nos cansamos más que cualquier otro día. La ruta terminaba en un valle gigantesco. Había un lago y por las montañas resbalaban finas cascadas. Impresionante. A la ida nos cruzamos con algunos caminantes. A la vuelta no vimos a nadie. Debíamos ser los últimos que iban a hacer la ruta de vuelta ese día. Había alguna indicación en las intersecciones de caminos, pero alguna no debimos de ver porque... nos perdimos. Llegó un momento que paramos y miramos alrededor... esa cabaña no nos sonaba haberla visto antes. No podíamos comprobarlo con las fotos, pues en esa ruta no pudimos hacer porque la cámara estaba llena y sin batería. Parecía que no había nadie allí. Seguimos caminando, esa senda llegaría a alguna parte... al cabo del tiempo vimos algunas vacas... ¿señal de civilización cerca? Pues no. Había vacas, pero ningún escocés por allí. Seguimos caminando y de repente vimos una casa y oímos el ruido de un tractor. ¡Siiiiiiiii! Por fin, ¡civilización! Nos pusimos en medio del camino para que el tractor parase y le preguntamos como salir de allí... no sé yo aquél señor si sólo hablaría gaélico porque no entendimos ni una sola palabra, pero por los gestos... ¿sería en la siguiente bifurcación a la derecha? Continuamos a la derecha y más adelante vimos una pareja joven. Ellos sí hablaban inglés. Nos indicaron como salir de allí. Por fin vimos un camino asfaltado y por allí pasó un señor en bicicleta que, por las pintas que nos vio, adivinó que estábamos perdidos. ¿Are you lost? Jeje, qué gracioso! Nos indicó cómo llegar a la carretera y nos dio una barrita energética de cereales. Caminamos un poco más. Por fin, la carretera. Ahora solo había que seguirla para llegar hasta el coche. Misión cumplida y ruta terminada, aunque por un camino alternativo jeje! Ese día fue el mejor. La aventura de no saber si pasaríamos la noche perdidos en las montañas escocesas no tuvo precio. Sin duda repetiría la experiencia porque son esos momentos los que te hacen sentir vida.

Escapada a Escocia







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